UN MUNDO SIN FIN
KEN FOLLET.
EDITORIAL PLAZA & JANÉS, 2007
I
Un mundo sin fin, continuación de Los pilares de la tierra, se ambienta en el,período final de la Edad Media y cuenta una historia de intrigas, odios, crímenes y abusos muy propios de esa época. En esta entrega Ken Follet vuelve para regalarnos la continuación de la fascinante primera parte con una historia que en realidad resulta muy similar a la primera, aunque con mayor riqueza de personajes y un argumento, quizás, más creíble.
Los personajes son, en gran medida, “plagiados” por el mismo autor de ‘Los Pilares de la Tierra’: los mismos problemas, iguales estereotipos, similar maniqueísmo que establece una dualidad héroe-villano, donde los buenos y los malos lo son porque sí, sin ninguna explicación y sin posibilidad de redención. Se observa una cierta animadversión gratuita hacia otros personajes basándose en enfrentamientos dudosamente tan importantes para llegar a tales extremos (me refiero al poco afecto de Ralph Fitzgerald hacia Gwenda y Wulfric de Wigleigh). Como dato positivo, cabe destacar la gran personalidad de cada uno de ellos, están muy bien definidos, lo que no quita la posibilidad de que el autor los hubiera hecho evolucionar.
Básico para la idea anteriormente expuesta es que los personajes se enfrenten a sus temores. La evolución y el desarrollo personal se alcanzan luchando con los males propios y ajenos, pero en este caso parece que no se ha tenido en cuenta, al menos, no en gran medida y en los personajes principales, por lo que no pueden llegar a un desarrollo total. El joven Merthin, aprendiz de constructor, no consigue enfrentarse a su patrón Elfric en su totalidad en toda la novela. Lo mismo pasa con la madre del monje Godwyn, tío de Caris, y éste, a la que tiene temor infundado. Tan sólo se salva a este respecto uno de ellos al final de la obra….
II
En el resumen del propio libro puede leerse que el misterioso enfrentamiento al principio ejerce como hilo conductor del mismo. Esta afirmación podría haber constituido tal caso, pero todo lo contrario: apenas se hace mención a lo largo de toda la trama, un hecho desalentador, debido a que podría dotar a ‘Un Mundo Sin Fin’ de las señas propias de la trayectoria literaria de Follett.
Por otro lado, destaca el impresionante fondo argumental de la novela, asentado gracias a la historia desarrollada durante ‘Los Pilares de la Tierra’, con una gran investigación por parte del autor, reflejando la vida tal cual podría ser en el siglo XIV. Sin embargo, se establece una cuestión sumamente importante: la poca influencia de la vida europea del mismo siglo, esto es, únicamente se describe la acción en Kingsbridge y sus alrededores, con un par de incursiones en territorio francés e italiano. Una obra de tal magnitud debería afrontar la situación mundial y sus implicaciones en el escenario representado, pero ésta no lo hace. Me refiero a que podría describirse la sociedad europea de este periodo de la Edad Media. De hecho, otro de los problemas se asienta sobre el lenguaje empleado por Follett, que no refleja para nada el empleado en la época (apenas se vislumbra el latín, ni expresiones idiomáticas propias de las influencias de los lenguajes extranjeros). Si se eliminan las fechas de la obra, podría tratarse de cualquier periodo comprendido desde que se iniciara esta edad oscura hasta el descubrimiento de América. Es más, una de las pistas que lo situarían en el siglo XIV sería la llamada Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, pero este acontecimiento no tiene la trascendencia que debería en la novela.
En fin, que resulta buena como entretenimiento, pero no creo que haya merecido tanta fanfarria como se le dio en su momento y se le sigue dando, incluso aquí en Latinoamérica.
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