Libro de narraciones breves del escritor de origen cartaginés radicado en Liberia, Juan Santiago Quirós Rodríguez, publicado en 2004 por la Editorial de la Universidad de Costa Rica.
Antes que todo, empecemos por hablar del autor, a quien no tenemos el gusto de conocer y de quien no hemos leído absolutamente nada antes de este libro.
Juan Santiago Quirós es un cartaginés nacido en Tres Ríos el 1 de enero de 1946. En su tierra natal cursa la primaria y en el colegio Omar Dengo cursa luego el bachillerato. Posteriormente logra la licenciatura en lingüística en la Universidad de Costa Rica.
Se ha desempeñado siempre como profesor de español en colegios y, posteriormente, en la Escuela de Filología de la UCR. A partir de 1984 se traslada a la sede de la Universidad de Costa Rica en Guanacaste, provincia en la que radica desde entonces. Ha publicado los libros Diccionario Español-Chorotega, Chorotega-Español; Amor y muerte, poemas del silencio y Relatos en blanco y negro, todos a través de la Editorial de la Universidad de Costa Rica.
Relatos extraños es un pequeño libro que se compone de 120 páginas en las cuales se apretujan 28 relatos sencillos, algunos de los cuales no cubren ni siquiera media página, pero que contienen en su esencia una gran dosis de ironía y humor negro. En ellos predomina lo sobrenatural y lo extraño, las cosas sorprendentes e inverosímiles.
En estas historias el común denominador es la brevedad. El autor va directo al grano, sin detenerse en adornos y sin largas descripciones. Lo único que le interesa es contar una historia, dejando, inclusive, algunas interpretaciones al criterio y gusto del propio lector.
Pero, no nos equivoquemos: una cosa es lo sencillo y, otra, lo superfluo (aunque a muchos, hoy en día, les cueste entenderlo). Estas narraciones se caracterizan por un alto contenido moral que obliga a la reflexión sobre la vida, la muerte, el destino y lo sobrenatural.
La muerte es un tema recurrente; aparece en buena parte de los relatos, como tema central en la mayoría de ellos, como desenlace en otros o como accesorio circunstancial en otros. Destacan, por su grado de elaboración e ironía, El sepulturero, La maldición, Después, El mendigo y Perro que ladra…, con los cuales el lector, inevitablemente, se verá obligado a sonreír al menos, cuando no a soltar una que otra carcajada.
Lectura agradable y fresca. Reconfortante.
|